quarta-feira, 12 de março de 2008

La Mentirosa Impostura de los Atentados del 11-S

Los terroristas perdieron sus campos de entrenamiento en Afganistán. Han perdido la protección de los talibanes y Al Qaeda a casi dos tercios de sus dirigentes identificados, los terroristas han perdido a un patrocinador en Irak. Ninguna red terrorista obtendrá nunca armas de destrucción masiva del régimen de Saddam Hussein. Ese régimen ya no existe", explicó el presidente Bush en un discurso en la academia del FBI, en la base de Quantico (Virginia, este), según informó en septiembre de 2003 la agencia AFP.
A más de seis años de los sucesos del 11-S, resulta oportuno revisar como los vio la crónica oficial. Conmovidos por semejante espectáculo, los medios trazaron esta hipérbole: El 11 de septiembre, un hecho inaudito sacude el pulso del mundo. A las 8:45 (hora de Nueva York), un avión Boeing 757 de American Airlines secuestrado por terroristas, se estrella contra la Torre Norte del World Trade Center neoyorquino. A las 9:03, otro avión de la misma empresa embiste a la segunda Torre. Poco después, ambas moles se desplomarían para siempre. A las 9:45, un tercero, perteneciente a la misma compañía, se estrella contra el Pentágono. A las 10:45, un cuarto avión, de la empresa United Airlines, se estrella en Sommerset, cerca de Pittsburg. Aparentemente se dirigía a Camp David o la mismísima White House y fue supuestamente derribado por un caza F-18.
De inmediato, George Bush Junior decreta la alerta máxima, y el imperio yanqui se pone en pie de guerra. Las víctimas fatales se contarían por miles, mientras que los primeros indicios indican que se trataría de un ataque perpetrado por fundamentalistas islámicos.
Cuando aún ardían las Torres, los organismos de inteligencia indican que la operación fue perpetrada por la organización terroristas Al-Qaeda, liderada por Osama Bin Laden. Éste, mencionado anteriormente, había trabajado para la CIA en los tiempos de la invasión soviética a Afganistán.
Lo que este análisis obviaba, era la relación anterior entre Bin Laden y la familia Bush, analizada por una nota del Corriere de la Sera en esos días: "En español, la segunda lengua de Texas, se dice 'arbusto'. En inglés se traduce 'bush'. Fue justamente formando la compañía petrolera Arbusto Energy que el joven George W. Bush, actual presidente de Estados Unidos (EEUU), hizo su debut oficial en el mundo de los negocios. Es el año 1978. Han pasado tres años desde que terminó sus estudios en la Harvard Business School. Entre sus socios de aventuras empresariales también está James Bath, su vecino de casa, compañero en la Air National Guard y amigo íntimo. Sobre todo, Bath es un antiguo colaborador de la CIA y hombre de confianza en Estados Unidos de la familia real saudí. No es casual que en la Arbusto Energy inviertan discretamente dos fieles de la corona de Riad. Sus nombres: el jeque Salem ben Laden, hermanastro de Osama bin Laden quién más tarde se convertiría en el príncipe negro del terrorismo islámico, y Khaled (Jaled) ben Mahfuz, hombre clave en el escándalo del Bank of Commerce and Credit International (BCCI) y considerado hoy uno de los aliados clave de Osama.
Pero la de los Bush y los Ben Laden es una historia que comienza a cobrar forma mucho antes. En Texas, el jeque Muhammad ben Laden, el patriarca, empieza a hacer negocios desde los años 60. Y en 1968 muere en un misterioso accidente aéreo. La posta pasa al hijo Salem. Llega a Texas en 1973, crea en Austin la línea aérea Bin Laden Aviation y rápidamente pasa a formar parte de los círculos que cuentan en las altas finanzas y la política local. El objetivo es anudar los lazos necesarios para llegar a influir en la política de Estados Unidos a favor de los intereses saudíes. La llave de acceso es George Bush, padre del actual presidente, hombre vinculado a la CIA desde los tiempos de la Bahía de los Cochinos (1961), nombrado jefe de la CIA en 1976, vicepresidente de Ronal Reagan en el 81 y, finalmente, presidente de Estados Unidos entre el 88 y el 92.
Así, desde principios de los años 70, las historias e intereses de las dos familias se entrecruzan más de una vez. No sólo en los negocios comunes en el campo petrolífero y financiero, sino sobre todo en alternativas que van marcando la política estadounidense e internacional. Basta un ejemplo: el caso BCCI, el mayor escándalo criminal-financiero del siglo, un universo de complicidades que sirvieron para cubrir las operaciones en Irán y en el Irak de Saddam Hussein, en la Nicaragua dividida entre sandinistas y Contras, así como en el Afganistán de los mujaidines. Y sirvió para alimentar el reciclado de un asombroso flujo de dinero proveniente del trafico de droga y armas.
James Bath cumple un papel fundamental en la relación Bush-Bin Laden. En la época de la Arbusto sus negocios giran alrededor de una serie de pequeñas compañías aéreas (óptimos clientes de la Air America, que después se descubre que es una sociedad de cobertura de la CIA). Pero Bath es mucho más: informante de la CIA, hombre de confianza en Estados Unidos de Mahfouz Bin Laden y, en definitiva, de la corona saudí. Es él uno de los grandes financiadores de aquella Arbusto que más tarde, en el 82, George W. Bush transforma en Bush Exploration Oil y que, después de fusionada con otras compañías, se convierte en la Harken Energy, con un fluir constante de financiaciones provenientes de países árabes, del área del BCCI o de amigos de la casa Bush como James Baker (ex Secretario de Estado de EEUU).
A George W. Bush las actividades industriales le proporcionan mucho dinero, papeles de primer plano en consejos de administración y ricos contratos como consultor, Pero sus actividades empresariales, en realidad, van muy mal (dos veces la sociedad está al borde de la quiebra, pero es siempre salvada por el habitual círculo de financiadores). Y llueven los super encargos. Como aquel de 1989, cuando el gobierno de Bahrein rompe imprevistamente un contrato con la Amoco y encargó a la Harken un megaproyecto de extracción de petróleo "off shore" aún a sabiendas de que la Harken hasta ese momento había realizado apenas pequeñas extracciones de crudo en Oklahoma y Louisiana (jamás en el mar) y se encontraba en una situación financiera desesperada.
Un año antes, en 1988, muere Salem ben Laden. También en Texas. También en un misterioso accidente aéreo. Pero los "caminos paralelos" entre los Bush, Bath y las familias saudíes no se detiene. Atraviesan buena parte de los años 90 y van paulatinamente desapareciendo de los informes de los servicios de inteligencia. En Afganistan la guerra antisoviética ha terminado hace mucho. La "oveja negra" de la familia, Bin Laden Osama, es ya la mente oculta del terrorismo internacional. Y George W. Bush inicia su camino hacia la Casa Blanca."
Menos de un mes después, el 7 de octubre, EEUU y Gran Bretaña lanzan sobre Afganistán la Operación Libertad Duradera que en poco tiempo acaba con el régimen talibán. Bin Laden se esfuma en las piedras de Tora Bora, y George W. se queda sin enemigo aparente. Pero al año siguiente, las miras belicistas del símil primate se dirigieron al debilitado Saddam Hussein, so pretexto de la posesión hipotética de armas de destrucción masiva. Entre marzo y abril de este año, invadió y ocupó Irak pero aún no se conoce el paradero del derrocado líder iraquí. Mientras tanto, la guerra de guerrillas crece cotidianamente y el fantasma de la vietnamización está a la vuelta de la esquina.
Mirando con el ojo blindado
"Ataque masivo a EEUU. Todavía nadie se atribuyó los atentados", alegaba la placa de TN ese miércoles fatídico del 11-S. Al mismo tiempo, su comentarista internacional Andrés Repetto puntualizaba que "un coche bomba también explotó en el Departamento de Estado". Luego, no se habló nada más del tema.
Esto de la falta de "firma", provoca una remisión necesaria a los casos AMIA y Embajada de Israel que, según el extinto Haffez Al Assad, "no fueron reivindicados por ninguna organización árabe". Pues resulta altamente sospechoso cuando, al carecer de esa impronta de los criminales, sean los servicios de inteligencia los encargados de determinar quienes fueron los autores. Otro indicio sospechoso que los medios observaron, pero no lo analizaron en profundidad, fue la hora elegida para cometer los atentados. Siguiendo una lógica criminal, es difícil de creer que los supuestos terroristas no hayan elegido el momento de mayor afluencia de público en el World Trade Center, o sea, hacia el mediodía, para causar un desastre mayor. Como sucedió en la estación de Bolonia, en el verano europeo de 1980, cuando una organización neofascista detonó una bomba matando a centenares de incautos veraneantes.
Otro cabo suelto, es la gran profusión de imágenes del momento en que impactan las aeronaves en las Torres Gemelas, y la total ausencia de ellas en el supuesto ataque suicida al Pentágono. Además, entre el ataque a la Torre Norte y la Sur mediaron nada menos que 18 minutos, en los cuales se prohibió el vuelo de cualquier tipo de aeronave. Sin embargo, brillaron por su ausencia los cazas de intercepción pero se vio como un helicóptero sobrevolaba la zona de desastre captando todo lo que estaba ocurriendo.
¿Qué hacían los bomberos a pocas cuadras del World Trade Center? Según dijeron después, fueron soprendidos cuando estaban "filmando un documental para la televición francesa" y de inmediato acudieron a prestar sus servicios.
Otra incógnita es la reacción incomprensible de George W. Primate Bush. Según la versión oficial, en el momento de los sucesos se encontraba asistiendo a un acto en una escuela de Florida. Al conocer los hechos, fue "guardado" por el servicio secreto en un bunker en Nebraska porque se temía que atentaran contra su vida. Según el periodista francés Thierry Meyssian, autor del libro La terrible impostura, esto es una posibilidad real ya que el mismo grupo ultraderechista que lanzó un misil contra el Pentágono podría intentar liquidarlo. Cabe recordar que cuando en abril de 1995, esas mismas milicias volaron un edificio federal en Oklahoma, el gobierno de Clinton le endilgó su autoría a los eternos fundamentalistas islámicos.
José Petrosino es un investigador independiente, que también hace su aporte: "A 2 años de los horrendos ataques NO SE HA INVESTIGADO NADA DE NADA.
Lo único que han hecho la CIA y el FBI (infructuosamente) hasta ahora es persistir en recrear la falsa y absurda "historia oficial", instalada como "verdad absoluta" cuando todavía no se habían terminado de caer las torres, dejando de lado cualquier otra "pista" (encubriendo miserablemente) especialmente aquellas que pudieran conducir a los verdaderos perpetradores.
Cualquier semejanza con lo ocurrido en nuestros "atentados" del '92 y '94, no es más, por supuesto, que mera casual coincidencia. Lo mismo han hecho con los innumerables "agujeros negros" que, a pesar del "cerrojo" mediático impuesto, se han ido "filtrando" de las "investigaciones".
¿Qué pasó con los varias veces billonarios movimientos de acciones previos en las bolsas de Nueva York y Frankfurt, especialmente en esta última? ¿Y con las causas que impidieron que la defensa antiaérea respondiera, como es de rigor, ante las ostensibles "irregularidades" de vuelo de los aviones "secuestrados"?.
¿Y ante la certeza de que no fue el vuelo 77 de American Airlines lo que se estrelló contra el Pentágono? ¿Y ante los estrechos vínculos comprobados del presunto líder del ataque, Mohamed Atta, con el servicio secreto pakistaní?.
¿Y ante la atención, pocas semanas antes de los "ataques", de una afección urinaria de Bin Laden en el hospital americano de Dubai donde se reunió con el jefe local de la CIA? ¿Y ante la ausencia total de antecedentes en 14 de los 19 presuntos suicidas árabes, estudiantes sauditas en USA todos ellos?.
El 25 de octubre de 1999 el Learjet del golfista profesional Payne Stewart, tripulado por él, 2 pilotos y otros 3 acompañantes que había partido de Orlando, Florida, en viaje a Los Angeles, sufrió un "atípico" accidente.
A poco de despegar perdió el contacto radial con la Torre de Control y se desvió de la ruta asignada. INMEDIATAMENTE 2 cazas F-15 de una base de la Fuerza Aérea cercana fueron desplegados para verificar que era lo que pasaba. Estos no detectaron VISUALMENTE ningún tipo de señal de vida en el interior del jet en problemas, lo que indicaba que estaba funcionando en "piloto automático". La existencia de "niebla y escarcha" en las ventanillas llevó a la conclusión que el avión había sufrido algún tipo de problema en el sistema de presurización, que habría llevado a la inconsciencia o la muerte a todos los pasajeros. El Learjet fue escoltado alternativamente por distintos cazas de bases cercanas, hasta que luego de unas 5 horas de vuelo, al agotarse el combustible, cayó en un descampado (ver art. en Clarín del 26/11/99).
El 11 de setiembre de 2001, 4 aviones Boeing 757 de línea, partiendo de Boston (2), de Washington (1) y de New York (1) fueron "secuestrados" a poco de levantar vuelo. Los 2 primeros impactaron en cada una de las Torres Gemelas en Manhattan, el otro, se alega, habría impactado en el Pentágono (lo más presumiblemente es que se haya "perdido", no se sabe hasta ahora dónde), y el cuarto "cayó" en un descampado en Pensylvania.
El primer hecho, un lamentable accidente, contiene elementos que permiten develar algunos enigmas claves del segundo, a todas luces un tenebroso AUTOATENTADO. Incluso podría haber servido "de modelo", en ciertos aspectos, a las "mentes diabólicas" (Galeano dixit) que lo pergeñaron.
La participación activa de la Fuerza Aérea (USAF) en la conjura, surge palmaria:
El jefe del Estado Mayor Conjunto, N° 3 en la cadena de mando de la maquinaria bélica del imperio (1° Bush, 2° Rumsfeld) es el general de la fuerza aérea Richard B. Myers.
Si tenemos en cuenta que Bush, por sus notorias falencias intelectuales, es un "cero a la izquierda", la cúpula de mando está realmente comandada por Rumsfeld, viejo "halcón" y miembro conspicuo y prominente, junto con el vice Cheney, de la "camarilla" republicana/fundamentalista/evangelista/petrolera/financiera (de alguna manera hay que llamarla) que viene trabajando desde hace años para arrastrar al imperio detrás de las aviesas estrategias "globales" ahora en marcha, que han sido justificadas, e iniciada su implementación, justamentea, partir de esos "auto-ataques" en New York y Washington el 11/9/01.
Veamos esta participación:
1. Ha "liberado" el espacio aéreo para el desarrollo sin interferencias del "operativo".
Ninguno de los cazas interceptores de las varias bases que cubre el espacio aéreo más controlado del mundo, fue desplegado a tiempo para, por lo menos, "aproximar" a alguno de los 4 Boeings "secuestrados". Mientras que en el "incidente" de Payne Stewart la "aproximación" se produjo inmediatamente, a pesar de tratarse de una zona mucho menos sensible y por lo tanto mucho menos controlada.
Lo que es imposible de explicar (sino hubiera mediado una orden expresa del alto comando, Myers/Rumsfeld — ver denuncia al respecto del periodista antiestablishment de Manhattan, Jared Israel, http://emperors-clothes.com/indict/indict-1.htm) es que las 2 escuadrillas "siempre listas" estacionadas en la base Andrews a 15 Kmts. del Pentágono, justamente para la protección de la sede del gobierno federal, permanecieron en tierra hasta después que se produjo la "explosión" en éste, que ocurrió 45 mtos después que fuera impactada la 2da. Torre, cuando ya no había dudas que los Estados Unidos estaban "bajo ataque".
Estos inexplicables "fallos" en el sistema de seguridad no han sido involuntarios, sino por el contrario, "necesarios" para el desarrollo del "plan".
Teniendo en cuenta el accidente de Payne Stewart, si los cazas se hubieran "aproximado" a los Boeings "secuestrados", hubieran detectado que todos los pasajeros y tripulación estaban inconscientes o muertos.
La "necesidad" de la muerte o inconsciencia de los pasajeros previo el secuestro remoto, que hizo a su vez "necesario" que se evitara la "aproximación" de los cazas de vigilancia, surge de que en los vuelos locales en USA hay teléfonos celulares en todos los asientos de los aviones. Si los aproximadamente 200 pasajeros "secuestrados" más de 1 hora promedio antes de los impactos, hubieran estado concientes, hubieran detectado la irregularidad y la inexistencia de los secuestradores árabes hubiera sido puesta en evidencia vía telefónica.
El hecho objetivo es que existieron muy pocas llamadas desde los aviones secuestrados a tierra, "lo hicieron" no más de 3 ó 4 pasajeros (sobre un total de 200). Por ejemplo, en el vuelo 77 de AA, que se alega impactó en el Pentagono, un sólo pasajero llamó. Se trató de una periodista de televisión que lo hizo 2 veces a su marido que trabajaba en la Casa Blanca. Es inexplicable que esta mujer haya llamado 2 veces y que ninguno de los otros 49 pasajeros y tripulantes lo haya hecho siquiera una vez.
Esta línea de pensamiento "explica" también perfectamente la "caída" del 4° avión "secuestrado" en una zona poco habitada del estado de Pensylvania.
Este avión fue el último "secuestrado" alrededor de las 10:00, como los 4 habían partido aproximadamente a la misma hora, entre las 7:58 y las 8:10, éste fue el que más "se alejó" de los "objetivos". Por lo tanto iba a ser imposible que se acercara a estos, sin ser "aproximado" por algún caza interceptor, que descubriría el fraude antes mencionado. Por esta razón los "secuestradores remotos" se vieron obligados, antes de que esto ocurriera, a "derribarlo" lejos de la zona crítica a aproximadamente las 10:37.
Nuevamente hubo una sola llamada telefónica, de un único presunto pasajero que "relató" una presunta lucha a bordo que habría provocado la caída.
Todo lleva a concluir que esas pocas llamadas, así como los escuetos diálogos desde la cabina de los pilotos a las torres de control, fueron simulados desde tierra por los "secuestradores remotos", para reforzar la "historieta" que los aviones habían sido secuestrados por terroristas árabes con cuchillitos de plástico.
2. La tecnología de conducción por control remoto con la cual "se secuestraron" los aviones también ha sido "proveída" por la Fuerza Aérea.
Esto fue probado en la investigación del francés Thierry Meyssan www.resseauvoltaire.com (ver libro "La horrenda impostura", récord de ventas en Francia y otros países, publicado en la Argentina a fines del año pasado).
Según éste (que no ha sido desmentido hasta ahora por las autoridades de USA a pesar del impacto del libro en la opinión pública mundial), en las T. Gemelas fueron escuchadas nítidamente por radio aficionados las señales de los "radio-faros" (transporders) que fueron instalados en estas para guiar a los aviones. De ahí la perfección y similitud de ambos impactos, imposibles de lograr (según todos los expertos consultados) por parte de pilotos con poca experiencia de vuelo, como deberían haber sido los "suicidas árabes".
En el Pentágono, con todas los resguardos existentes, era imposible colocar radio-faros, por esa razón "no pudieron" impactar en éste el vuelo 77 de AA, que a debido seguir a gran altura su camino y caído al mar, como cayó el Learjet de Payne, cuando consumió el combustible.
Por esa razón, ahí debieron emplear un misil, que ha sido disparado desde un avión de la Fuerza Aérea.
Es de destacar que la explosión e incendio en el Pentágono se produjo en la parte trasera del gigantesco edificio, a unos 250 mts. por lo tanto lejos de las oficinas de Rumsfeld y Myers, en un sector que estaba en refacciones (lo que redujo considerablemente el número de víctimas) que pertenecía a la Inteligencia de la Marina (US Navy). No habría que descartar, por lo tanto, algún tipo de "interna" entre fuerzas. Son archiconocidas las rivalidades entre estas 2 fuerzas, que merced al desarrollo tecnológico se han saldado a favor de los aviadores.
Además, y no menos revelador, Myers no estaba en el edificio cuando se produjeron los impactos en las T. Gemelas. Estaba aparentemente en Washington, pero no lo podían ubicar (parece que para el ejército de USA los beepers no han sido inventados todavía).
Es decir que en los momentos posteriores al primer ataque en territorio de los Estados Unidos en toda su historia (exceptuando al de Pancho Villa en Texas a principios del siglo pasado) su ejército, el más poderoso de la tierra, estaba con su línea de comando quebrada.
3. Los radares que podrían servir para determinar lo que verdaderamente ocurrió con el vuelo 77 de AA, luego que fuera "secuestrado" sobre Ohio, 45 mtos. después de haber levantado vuelo de Washington, dependen de la Fuerza Aérea.
Todas las trazas de estos han sido secuestradas y sustraídas del escrutinio público, al igual que todas las grabaciones entre las torres de control y los pilotos que normalmente se conservan durante una semana para control. En este aspecto de la "investigación", como en el resto de esta, EL ENCUBRIMIENTO HA SIDO TOTAL.
Las otras 2 "patas" de la conjura del "11/9" han sido la CIA y Wall Sreet, las dos en íntima colusión y profundamente infiltradas y copadas por la "camarilla" republicana/fundamentalista/evangelista/sionista.
No son para nada un secreto los estrechos vínculos existentes entre ambas, especialmente durante "la guerra fría" en las operaciones "encubiertas" de tráfico de drogas y armas y del lavado del dinero proveniente de estos, uno de cuyos ejemplos más conocido fue el llamado "affaire Irán-contras".
Ver al respecto los trabajos del prestigioso periodista yanki Mike Ruppert director de la revista especializada "From de Wilderness" editada parcialmente en la Web en www.copvcia.com
La incorporación del "terrorismo" (llamado eufemísticamente "terrorismo internacional") a "las actividades" de la "dupla siniestra", del cual nosotros los argentinos hemos tenido el "raro privilegio" de haber sido 2 veces elegidos como víctimas, se produjo en la década pasada como colofón de la implosión del imperio soviético, y su desarrollo impune hasta nuestros días se ha visto favorecido, entre otras cosas, por la desaparición del contrapeso y control en el mundo que significaba para la CIA, la KGB.
Las "huellas" de Wall Street en la conjura quedaron claramente expuestas, al descubrirse los varias veces billonarios movimientos de acciones la semana anterior al "11/9" en las bolsas de New York y Frankfurt (especialmente en esta última), que indicaban preciso conocimiento previo de lo que iba a ocurrir (los traicionó la ambición, no pudieron con el genio).
Si se hubiera profundizado la investigación de ese aspecto (lo que no se hizo), se podría haber llegado hasta los verdaderos perpetradores a través de los beneficiarios de las transacciones sospechosas, los cuales no deberían ser difíciles de identificar. (ver art. en La Nación del 18/9/01).
En cuanto a la CIA, son ampliamente conocidos sus vínculos con ben Laden (el "usado" para "cargarle el fardo" de los "ataques") desde los lejanos tiempos de Carter, cuando Brzezinsky, su Consejero de Seguridad Nacional, lo "instaló" en Afganistán para combatir a los soviéticos.
También son ampliamente conocidos a esa altura, los vínculos entre Mohamed Atta el presunto líder del "ataque" y el servicio secreto pakistaní (ISI), ver www.timesofindia.com
Está probado que estos le entregaron a aquel, U$s 100.000 poco antes del "9/11" y que su jefe a la época, el general Mahmoud Ahmad se entrevistó con él en USA la semana anterior al fatídico día, cuando éste se encontraba "de visita" realizando "gestiones" en la CIA y el Departamento de Estado, que se prolongaron hasta varios días después del mismo. El catedrático canadiense Michel Chossudovsky se ha ocupado en estudiar en profundidad estas reveladoras "relaciones".
El diario conservador Le Figaro, uno de los más presitigiosos de Francia, publicó el 31/10/01 un art. de su corresponsal Alexandra Richard en el cual reporta que ben Laden, a la sazón con la "cabeza a precio" por los atentados de Kenia y Tanzania de 1998, estuvo internado en el hospital americano de Dubai, entre el 4 y 14 de julio de ese mismo año, atendiéndose de una afección urológica. Durante su internación habríase reunido varias veces con el jefe de la estación de la CIA del lugar y con personalidades del emirato y de Arabia Saudita.
Ya no quedan dudas de que Ben Laden está muerto.
Por lo tanto los videos y grabaciones que han intermitentemente aparecido en algunos medios con su imagen y/o voz, han sido "fabricados" por la CIA, que para tal fin tiene contratados a los más famosos directores de cine catástrofe de Hollywood, por ejemplo el que dirigió la película "Duro de matar" con Bruce Willis. (ver http://emperors-clothes.com/news/hollywood-i.htm).
Según confiables fuentes (especialmente los servicios secretos indios y franceses), tanto ben Laden, como su segundo el egipcio Al Zawahiri y el mullah Omar, fueron asesinados por el servicio secreto pakistaní (por encargo de la CIA, por supuesto) en los primeros días posteriores al "9/11". Tal como lo habían hecho poco antes con el lider de la Alianza del Norte, el prestigioso comandante Massud.
De los 19 presuntos suicidas, 14 eran jóvenes saudíes que estaban estudiando en Estados Unidos. Entrevistados sus padres y parientes en Arabia Saudita por periodistas norteamericanos, todos sin excepción manifestaron desconocer que sus hijos tuvieran algún tipo de militancia política/religiosa como para que pudieran llegar a participar en un operativo de esa naturaleza, lo cual juzgaban imposible. Todos manifestaron haber perdido el contacto con los jóvenes varios meses antes del "11/9".
Los otros 5, que si la tenían, incluído Atta, habían estado, como éste, vinculados con el servicio secreto pakistaní y/o con la CIA.
El involucramiento de esta queda también patentizado en el comportamiento de la cúpula de poder del imperio con relación a su jefe a la época, el Sr. Tenet. A pesar de la incapacidad total demostrada por la inteligencia yanki en la prevención y/o anticipación del "ataque", lo cual debería haber provocado, como mínimo, su destitución, la "camarilla" le renovó la confianza, e increíblemente su posición en el esquema de poder mejoró significativamente.
Indudablemente "un premio" a su desempeño en la "operación 9/11".
Haciendo retrospectiva, se escucha la voz de César Mascetti diciendo en aquel día 11-S: "A las 8:45 se registró el ataque contra una de las Torres Gemelas. Nadie podía creer lo que sucedía, y LA CÁMARA DE TELEVISIÓN QUE CUBRÍA EN VIVO EL PRIMER ATENTADO, quedó abierta para registrar el ingreso a cuadro de este segundo avión, un Boeing 767 que se estrella contra la segunda. Todo el mundo pensaba que era un avión que estaba circundando la zona con el propósito de recoger información." Lo señalado en mayúscula, se supone que se trató de un involuntario fallido pues de lo contrario es para volverse demasiado paranoico.
Fernando Paolella
Fonte:  PeriodicoTribuna

Nenhum comentário: